Quizás no sea un momento de inspiración, pero hacía mucho tiempo que no escribía y lo necesitaba porque esta clandestinidad es la única forma que tengo de vomitar todo lo que tengo dentro, aunque probablemente no lo lea nadie, ni siquiera ella…
Es difícil, realmente difícil pasar cada día sin saber qué está haciendo o no está haciendo, si aun piensa en mí tan fuerte como yo lo hago, si, como yo, aun llora cada noche al imaginar mi imagen en su cabeza, que no quiero que llore pero tampoco quiero que deje de sentirme tan dentro.
Que la echo de menos, que necesito su claro y su frio, que no comprendo la vida sin su piel, que aun siento su aliento en mi cuello diciendo “te quiero”, ese te quiero tan duro y difícil pero que aun así se sentía como se siente la comida demasiado caliente en el estomago, ese estomago lleno de todas esas famosas mariposas.
Que aun quiero tus tormentas, tus infiernos, tus batallas y por supuesto, tus reconciliaciones, llenas de miradas de compasión y amor, llenas de arañar espaldas porque sin ropa y totalmente pegadas no era suficiente para nosotras… Necesito sentir ese miedo de estar a punto de perderte y decirte mil palabras de amor y que tú sueltes sin resquemor “es que contigo se me abre el culo”
No estás sola, sigo aquí aunque no me veas, o me oigas o me huelas o me pienses…. Y voy a seguir aquí, porque me debilitas y soy frágil ante ti. Porque el hecho de que no hablemos no significa que no piense en ti, porque aun lo hago, pienso en la playa junto a ti, pienso en las películas junto a ti, pienso en la estación de autobús junto a ti, ese autobús que ha sido mi amigo y mi enemigo durante tanto tiempo… también pienso en tus dedos formando nudos con los míos, en tus manos tan pequeñas y curiosas, en tus ojos tan eternos como el cielo, en tu boca que dibujaba el infinito en mi estomago, el ritmo de tu corazón, sonando fuerte, tan fuerte que llegaba a hacerme daño… Tus piernas que me apresaban como una cárcel de piel…
No quería dejar de sentir todo eso, no quería perderte así, ni de ninguna manera…
Me siento en la cama para poder coger aire y veo tu foto, y te miro a los ojos, como si pudieses verme a través de ella y me agarro las lagrimas con los brazos del estomago porque me da vergüenza llorar si me estas mirando. Me fijo, y en la foto yo te estoy abrazando y ahora intento sentir tu tacto y creo que lo noto, es suave, caliente, agradable, me gustaba… y aun me sigue gustando…
Ojala pudiésemos parar el tiempo y repetir el momento bajo la lluvia despidiéndonos, no soltar jamás tu cara ni soltar ese beso… volver a abrazarte y suplicarte que te quedes conmigo….
Pero nos dijimos adiós y aun no he querido agarrarlo, y jamás lo hare, porque para mí, lo nuestro jamás terminará…